Las 11 ciudades más baratas de Europa para viajar
Si ya estás con la mente puesta en tu próxima escapada, pero no quieres que el precio de tu viaje sea demasiado elevado, es hora de que conozcas algunos de los destinos más económicos del continente europeo. Te vamos a contar cuáles son las 11 ciudades más baratas de Europa para viajar, ¡empieza a preparar el equipaje!
Oporto (Portugal)
Uno de los destinos más baratos y económicos lo tenemos casi al lado, en nuestro país vecino. Portugal tiene muchos lugares que bien merecen una visita, pero en esta ocasión nos vamos a centrar en Oporto.
Puedes encontrar alojamientos a un precio económico. De hecho, lo habitual es que los hoteles tengan un precio más bajo que en España a igual categoría. Y a la hora de comer y beber no notarás mucha diferencia con los precios patrios, pero te saldrá algo más barato.
Oporto ha sido catalogada como una de las ciudades con más encanto de Europa y, al ser un lugar pequeño, te bastarán dos o tres días para conocer tranquilamente sus rincones más significativos, entre los que no puede faltar la impresionante librería Lello e Irmao.
Tampoco puedes obviar la subida a la Torre de los Clérigos, ubicada en la iglesia del mismo nombre. Se eleva 76 metros sobre el suelo y es, sin lugar a dudas, el mejor mirador para observar la ciudad.
Además, prueba a perderte por el Mercado del Bolhao, cruzar el puente de Luis I dando un agradable paseo, y no te olvides de probar una francesinha y tomar una copa de oporto.
Budapest (Hungría)
La capital de Hungría es una de las ciudades más asequibles para los visitantes, siendo notablemente más baratos tanto el alojamiento como la comida que en otras regiones del centro de Europa.
El transporte público también es bastante económico, por lo que no tendrás que gastar demasiado en tus desplazamientos en metro, bus o tranvía, aunque te aconsejamos que, siempre que puedas, vayas de un sitio a otro caminando. Porque en Budapest hay cosas dignas de ver casi en cada esquina. La historia de esta ciudad te “asalta” literalmente a medida que la recorres. Por ejemplo, con la arquitectura de estilo soviético que todavía conservan muchos edificios residenciales.
La visita al Parlamento no te costará mucho y te permitirá conocer más a fondo la historia de la ciudad y del país. Además, puedes hacerla guiada en tu idioma.
Disfruta de paseos por el imponente Puente de las Cadenas y accede a la parte de Buda (Budapest es, en realidad, la suma de las ciudades de Buda y Pest) y descubre el espectacular Bastión de los Pescadores.
Si te sobra algo de tiempo, coge el bañador y la toalla y acércate a alguna de las múltiples zonas termales de la ciudad.
Viena (Austria)
A simple vista no parece que Viena vaya a ser una de las ciudades más baratas de Europa para viajar, pero así es. La capital de Austria te está esperando para poner a tu disposición todo su legado artístico. No en vano, fue el hogar de Mozart y Beethoven. También de Schiele y Klimt, cuyas obras puedes ver en los edificios históricos y contemporáneos del distrito de Museumsquartier.
Diseñar una ruta turística por esta bella ciudad no te resultará complicado, porque todo lo que encuentres a tu alrededor será digno de ver. De hecho, estamos hablando de una de las ciudades con mayor volumen de patrimonio cultural y arquitectónico, y también de una de las ciudades europeas con mayor calidad de vida. Aquí el tiempo discurre con tranquilidad, lo que te permitirá disfrutar en cualquier cafetería de la deliciosa tarta sacher típica de esta región.
Entre los imprescindibles que tienes que visitar está el Palacio de Schönbrunn, donde pasaba sus veranos la famosa Sissí. Tendrás que invertir una buena cantidad de tiempo, porque el Palacio tiene unos jardines extraordinariamente cuidados y más de 40 habitaciones. Y al finalizar la visita puedes entrar al Museo de Carruajes Imperiales.
Para comer bien y a buen precio, ya sea comida típica austriaca o sabores de otros lugares del mundo, no dudes en acercarte al Mercado Naschmarkt. Disfrutarás mucho más de su ambiente si lo visitas de lunes a viernes, que es cuando hay menos turistas.
Si no quieres volver a casa sin haber visitado uno de los mejores lugares de Viena, entonces apunta en tu lista de imprescindibles la Biblioteca Nacional Austriaca, considerada como una de las más bonitas del mundo.
Roma (Italia)
No te va a salir tirado de precio, pero un viaje a Roma puede ser bastante más económico que visitar otras capitales europeas como París o Londres. Eso sí, a la hora de reservar tu hotel no te fíes demasiado de las estrellas, los estándares italianos en cuanto a calidad son bastante más bajos que los españoles.
Fuera de eso, moverte por Roma te resultará sencillo y económico, puesto que el transporte público tiene un precio bastante ajustado. Y puedes adquirir la Roma Pass, una tarjeta con la que puedes acceder a los principales puntos de interés turístico y también al transporte público.
Por lo que se refiere a comer y beber, te saldrá mucho más económico y disfrutarás de la verdadera gastronomía italiana si te alejas de las zonas turísticas y te “pierdes” en los barrios en los que los romanos pasan su día a día.
En cuanto a los lugares imprescindibles para ver, aquí si que la lista sería infinita. De hecho, es imposible verlo todo en una única visita, pero así tendrás una excusa para volver. En tu primera visita no te puedes perder el Foro Romano, el Coliseo, la Plaza de España y, por supuesto, la Basílica de San Pedro, en la que no puedes privarte de subir a la Cúpula.
Belgrado (Serbia)
Conocida como “la Ciudad Blanca”, Belgrado es todavía una gran desconocida para el turismo de masas, y eso hace que sea un lugar tranquilo para visitar y que sus precios sean bastante ajustados para un visitante que no desea gastar demasiado dinero.
Situada entre Oriente y Occidente, tiene el dudoso honor de ser la ciudad que más veces ha tenido que ser reconstruida (más de 40). Sin embargo, esto ha marcado la forma de ser de sus habitantes y también el diseño de la ciudad que podemos observar hoy en día.
Toda visita a la Ciudad Blanca incluye, tarde o temprano, un paseo por la calle Knez Mihailova, ya que es la arteria principal y está considerada como una de las calles peatonales más bonitas de toda Europa del Este. Además, desde allí puedes llegar fácilmente a otros puntos de interés como a la Plaza de la República y a Kalemegdan.
Precisamente Kalemegdan es una de las zonas más importantes de la ciudad. En su momento fue una fortaleza por la que pasaron celtas, romanos, ávaros, turcos…. Hoy en día es un gran parque y allí encuentras algunos de los edificios más importantes de la ciudad.
Si te gustan las leyendas negras, no dejes de acercarte al Parlamento. Es un edificio imponente en cuanto a su estructura y su ornamentación, pero fue construido sobre un cementerio romano y se cree que sobre él pesa una maldición.
Dresde (Alemania)
Alemania pocas veces se cuela en el ranking de las ciudades más baratas para viajar por Europa, ya que el elevado nivel de vida de sus habitantes provoca que no sea demasiado asequible para los visitantes. Sin embargo, algunas de sus ciudades son una buena excepción.
Eso es justo lo que pasa con Dresde, ubicada en Sajonia, al este del país. Si te gustan la historia y el arte, puede ser un destino perfecto para ti, ya que cautiva con su arquitectura de estilo barroco y es famosa a nivel mundial por sus muchos museos de arte.
Frauenkirche, que sería algo así como la Iglesia de Nuestra Señora, es lugar de paso obligado para todos los turistas. Una iglesia luterana de estilo barroco que te permite disfrutar de unas vistas únicas de Dresde desde su torre. Además, la entrada es totalmente gratuita, eso sí, subir a la torre cuesta unos 8 euros.
El pasaje de Kunsthofpassage es como viajar a otro mundo. Se encarga de conectar varios patios decorados con increíbles murales. En tu recorrido te encontrarás con pequeños jardines, tiendas y cafeterías de las que no querrás salir.
Otro punto de interés imperdible es el Palacio Zwinger, con una inmensa plaza central decorada con fuentes y jardines. Puedes ver el jardín y las terrazas de forma gratuita pero, para entrar al Palacio, y ver las exposiciones de arte que contiene, tendrás que pagar.
Riga (Letonia)
La capital de Letonia es para muchos una auténtica desconocida pero, si decides encaminar tus pasos hacia ella, te vas a encontrar con una ciudad llena de encanto y realmente bella, con una arquitectura estilo art-nouveau que la hace digna de postal.
Precisamente porque todavía no es muy turística, en Riga puedes disfrutar de alojamientos a buen precio, y comer y beber no le supondrá ningún problema a tu bolsillo.
Un lugar de paso obligado para el visitante es la Plaza del Ayuntamiento que, además de esta institución, alberga otros edificios importantes como la Casa de los Cabezas Negras, una reconstrucción de la original, que fue destruida durante la II Guerra Mundial.
Las murallas de la ciudad constituyen otro punto de interés. Datadas en el siglo XIII, queda poco de ellas, pero si pasas por allí puedes visitar la Torre de la Pólvora, la Puerta Sueca, y caminar por la preciosa calle Troksnu.
Sofía (Bulgaria)
La capital de Bulgaria es un crisol de culturas. Por allí han pasado griegos, romanos, otomanos y soviéticos, y todos ellos han dejado su particular huella en la ciudad, que hoy brilla con luz propia con un estilo cosmopolita y moderno.
Con más de 2.000 años de historia a su espalda, Sofía es una ciudad pequeña que puedes recorrer tranquilamente durante un fin de semana. Por supuesto, la primera referencia del viajero es la extraordinaria catedral, una iglesia ortodoxa con llamativas cúpulas de color dorado.
Para seguir viendo edificios bonitos puedes acercarte hasta el Teatro Nacional, que crea un original conjunto con las fuentes que tiene a su alrededor.
Si eres un visitante curioso, adéntrate en el patio del edificio de gobierno, allí vas a encontrar la pequeña iglesia de Sveti Georgi, la más antigua del país.
Sarajevo (Bosnia y Herzegovina)
Conocida como la Jerusalén de Europa, Sarajevo es hogar de musulmanes, judíos, ortodoxos y católicos. A pesar de ser el escenario de una dura guerra en la década de los 90 del siglo pasado, ha sabido resurgir de sus cenizas.
Un lugar imprescindible para visitar es el Puente Latino, en el que fue asesinado el Archiduque Francisco Fernando, acontecimiento que dio lugar al inicio de la I Guerra Mundial. También puedes disfrutar de la Biblioteca Nacional y edificios tan singulares como la Sinagoga de Sarajevo o la Catedral del Sagrado Corazón.
Podgorica (Montenegro)
La capital de Montenegro no es demasiado grande, así que se puede recorrer tranquilamente en un fin de semana. Además, es un lugar que todavía no recibe muchos turistas y, dado que tiene unos 150.000 habitantes, el ambiente que se vive es bastante familiar.
Sin lugar a dudas, durante tu visita debes recorrer el centro histórico, que seguramente te recuerde a los cascos históricos de muchos municipios españoles, con calles empedradas y casas de piedra.
También de paso obligado es la Catedral de la Resurrección de Cristo, para ver los maravillosos frescos que acoge en su interior.
Bratislava (Eslovaquia)
Con un tamaño que permite recorrerla cómodamente a pie, la capital de Eslovaquia parece recién saca de un cuento. Entre sus lugares imprescindibles a visitar está su castillo, que fue reconstruido en la década de los 50, siendo la reconstrucción lo más fiel posible a su aspecto original. Sus murallas y las puertas originales no dejan indiferente a nadie.
Por supuesto, no puede faltar una ruta a pie por el casco antiguo, donde también podrás disfrutar de la gastronomía de la región a un precio muy asequible. Y para bajar la comida, nada como acercarse caminando a observar el curioso edificio del Ayuntamiento Viejo.
Estas son las 11 ciudades más baratas de Europa para viajar, rincones con encanto que te están esperando y te sorprenderán con todo lo que tienen para ofrecerte.