25 cosas típicas de Francia

25 cosas típicas de Francia

Uno de los destinos más visitados por los turistas del mundo, Francia es el país donde nació la república y los derechos de igualdad. Aquí podrás degustar los quesos más deliciosos y los vinos que deleitarán tu paladar.

La tierra de la moda y el glamour, París es considerada la ciudad del amor, representada en su icónica Torre Eiffel. En sus zonas rurales, verás los maravillosos campos de lavanda provenzales y tienes la oportunidad de recorrer las sofisticadas playas de la Costa Azul.

El país que se da tiempo para tomar con calma el aperitivo, donde te regalarán lirios el 1 de mayo o te darán una buena sopa de cebolla para retomar fuerza. Te invito a conocer un poco de las costumbres y cosas típicas de Francia.

15 cosas típicas de Francia

La baguette

Considerada patrimonio de Francia, la historia de este pan se remonta a 1830, cuando se comienza a preparar una barra larga fermentada con levadura de cerveza. La baguette se caracteriza por su corteza muy crujiente y un interior muy esponjoso y blanco.

Los franceses acompañan todas sus comidas con este pan y cada quien tiene su panadería favorita, donde lo buscan fresco todos los días. En París se realiza un festival en su honor y la panadería ganadora recibe la baguette de oro, siendo el proveedor del Elíseo (residencia de la Presidencia) durante ese año.

Quesos

Una buena comida en Francia no está completa sin un final para disfrutar de un “plateau de fromages”, donde se suelen presentar quesos provenientes de diferentes regiones del país. Aquí podrás encontrar hasta 500 tipos distintos, desde los azules de sabores muy fuertes hasta un cremoso Brie.

Por lo general, la tabla de queso cuenta con al menos tres tipos diferentes, empezando con los de sabores más suaves (como un Camembert) hasta los más fuertes como el Gruyere. Se sirven porciones de los diferentes tipos y lo más frecuente es acompañarlo con rebanadas de una baguette fresco.

La Torre Eiffel

Decir Francia es, en muchos sentidos, decir París y esta ciudad no se entiende sin su icono más famoso, la Torre Eiffel. La estructura metálica, ubicada al final del Campo de Marte y teniendo como fiel compañero al Sena, cuenta con 324 metros de altura.

Fue diseñada como una atracción para la Exposición Universal en París en 1889, siendo su principal constructor Gustave Eiffel, a quien debe su nombre. Una vista que no puedes perderte es ver la Torre Eiffel bañada con su luz dorada cuando cae la noche, así como el centelleo que se activa los primeros 5 minutos de cada hora.

Montmatre

París es una ciudad con un encanto inigualable, considerada el emblema de la luz, el amor y de los artistas más bohemio. Y donde se vive mejor este aire relajado y único, es perdiéndose por las callejuelas del barrio de Montmatre.

El mismo se ubica en una colina, con una altura de 130 metros, y fue el hogar de los grandes pintores del siglo XIX e inicios del XX, como Monet, Picasso, Van Gogh, Dalí o Renoir. Una visita imprescindible, donde debes ir desde el Sacre Coeur hasta el icónico Moulin Rouge.

Los croissants

Parte de un tradicional desayuno francés, es disfrutar de un crujiente croissant combinado con un buen café o un chocolate caliente. No obstante, estos deliciosos bollos hojaldrados en forma de medialuna, tienen su origen en Austria o Alemania, según distintas versiones, durante el siglo XVII.

Este delicioso bollo viaja hasta Francia, donde se comienza a popularizar en sus panaderías, en el año 1863 y es bautizado con el nombre de croissant (luna creciente). Para 1905, aparece la primera receta con hojaldrado, que es tradición para los franceses y ha llegado a diversas regiones del mundo.

Festival de Cine de Cannes

Considerado uno de los acontecimientos más importantes del cine, este festival se inició en 1946 y es, hoy en día, un símbolo de Francia y su amor por el arte. Las calles de Cannes, una hermosa ciudad de la Costa Azul, se llenan con los artistas más relevantes de la gran pantalla.

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En la década de los 60 del siglo XX, alcanzó gran reconocimiento para el cine y se convirtió en el evento donde estrenaban sus obras grandes directores, como Buñuel o Fellini. Lo que ha llevado a que ganar la Palma de Oro, sea uno de los mayores reconocimientos en el séptimo arte.

Jabón de Marsella

Otra ciudad que forma parte de la Costa Azul de Francia, que guarda una tradición de más de 500 años. Se considera que este jabón fue elaborado por primera vez en 1370 y luego se convirtió en el elemento más importante de la industria del jabón de Marsella.

Se elabora siguiendo técnicas tradicionales y utilizando aceites vegetales (principalmente aceite de oliva), siendo apreciado por sus propiedades desinfectantes y cicatrizantes. El más característico tiene forma de cubo, con un peso aproximado de 600 gramos, sin grasas animales, colorantes o conservantes.

Los perfumes

La historia de las fragancias se remonta, según algunos expertos, hasta el neolítico y fueron ampliamente usadas en el antiguo Egipto. Y aunque no es su cuna, en la actualidad Francia puede ser considerada la casa de los mejores perfumes en el mundo.

A partir del siglo XV, los nobles comenzaron a demandar estos aromas para ocultar los malos olores y ciudades como Grasse se dedicaron al cultivo de las flores para la perfumería. Hoy en día, se considera que no hay como un perfume francés, los cuales tienen las fragancias más intensas y exquisitas.

El Tour de Francia

Seas o no amante del ciclismo, es seguro que alguna vez has seguido alguna de las etapas de la más famosa ruta en bicicletas del mundo. Se realizó por primera vez en 1903 y únicamente se ha interrumpido por las dos guerras mundiales.

El recorrido es de más de 3.000 kilómetros atravesando toda la geografía francesa, siendo las etapas más duras, aquellas que se hacen en las altas montañas. Los ganadores de cada etapa son coronados con el codiciado maillot amarillo.

Los campos de lavanda

Si quieres conocer la esencia de la Provenza francesa, debes adentrarte por sus maravillosos campos de lavanda. Desde junio hasta septiembre de cada año, esta región se tiñe de azules y violetas, al ocurrir la floración de estas plantas, conocidas como el oro azul.

Es posible hacer recorridos por la ruta de la lavanda, aprendiendo del proceso de cultivo, cosecha y destilación, para apreciar todos los productos obtenidos de sus flores. Y para vivir la tradición, hay que participar en las fiestas de la lavanda, que se dan en julio en muchos pueblos provenzales, asociadas a la cosecha de las flores.

Museo de Louvre

Los conocedores y apasionados del arte saben apreciar los grandes tesoros que encierra el museo más famoso del mundo. Enclavado en el centro de París, abrió sus puertas en 1793 con unas 537 obras y actualmente, contiene unas 35.000 piezas.

Es visitado anualmente por más de 8 millones de personas y aquí podrás contemplar la increíble Venus de Milo o una de las obras más apreciadas de Da Vinci (La Gioconda). Su colección está repartida en 8 salas temáticas y es una visita obligada al ir a París.

Las boinas

Se considera que estos pequeños gorros elaborados para protegerse del frío, se comenzaron a usar en la Edad de Bronce en Cerdeña, Italia. Su uso se extendió por diversos países europeos, pero es en Francia donde alcanza su mayor expresión.

En un principio, las boinas eran utilizadas principalmente por los obreros que iban a las fábricas, pero hacia 1920 se popularizó entre las distintas clases sociales. Luego se volvió un símbolo de los artistas y personas de vida bohemia, siendo hoy en día parte de la idiosincrasia francesa.

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La Costa Azul

Conocida también como la Riviera Francesa, es la costa litoral que bordea el Mediterráneo en el sureste de Francia. Aquí podrás encontrar ciudades como Niza, Saint-Tropez o Cannes, entre las más conocidas por ser lugares de veraneo de grandes personalidades europeas en el siglo XX.

La Costa Azul es sinónimo de glamour, donde era posible encontrarse con Wiston Churchill, Marlon Brandon o la realeza europea. Actualmente, sigue manteniendo gran parte de su encanto, siendo símbolo de la exclusividad, donde artistas como Penélope Cruz o Leonardo DiCaprio suelen tomar unas vacaciones.

Mont Blanc

Si quieres conocer la cumbre más alta de Los Alpes, tienes que ir a Francia y visitar el Mont Blanc, con 4.807 metros sobre el nivel del mar y compartido con Italia. En el siglo XVII, los habitantes de los poblados vecinos consideraban que era una montaña maldita y hasta la hicieron exorcizar por el obispo.

Hay un túnel subterráneo que atraviesa la majestuosa montaña, para comunicar ciudades de Francia e Italia y puedes esquiar por algunas de sus laderas. Y si eres amante del senderismo, no puedes perderte sus rutas durante el verano.

El champagne

Otro de los productos que distingue a Francia es el vino, ofreciendo una gran cantidad de cepas de vid, así como tipos de caldos. Uno de los más reconocidos, es el espumante, que se produce en la región de Champagne-Ardenas, al nordeste del país.

Su origen se remonta a 1693, cuando el monje Dom Pierre Perignon experimentó con una forma de fermentación, que llevó a la aparición de las burbujas. El champagne se produce solamente a partir de uvas cultivadas en la región y es parte imprescindible en cualquier celebración importante de Francia y el mundo.

10 costumbres francesas

El “bise” para saludar

Saludarse al encontrarse con otra persona, es una costumbre común en el ser humano, pero cada cultura tiene su forma particular de hacerlo. Los franceses tienen códigos sociales que aprenden desde la infancia y esto pasa por saber el saludo correcto para cada persona.

Si conoces a alguien por primera vez o se está en un entorno profesional, lo más frecuente es dar un apretón de manos. Pero entre amigos, se suelen dar 2 besos en la mejilla, particularmente en ciudades como París, pero hacia el sur de Francia pueden llegar a darse 3 y hasta 4 besos.

Compartir el apéro

Los franceses disfrutan plenamente de la buena vida y un reflejo de esto, es tomar un buen aperitivo con tranquilidad. Se considera que más del 90% de sus habitantes, siguen esta costumbre al menos una vez a la semana, cuando quedan a cenar con familiares o amigos.

En este momento, se goza de un momento más relajado que indica el fin de la jornada, compartiendo una copa con los más cercanos. Se suele hacer un brindis antes de empezar a degustar los licores acompañados de quesos, embutidos o frutos secos.

Las bromas del 1 de abril

A diferencia de lo que ocurre en otras regiones, el día de los inocentes se celebra a inicios de abril, costumbre que viene desde tiempos medievales. Se considera que la costumbre viene de que en Francia durante el siglo XVI se seguía el calendario juliano, donde el Año Nuevo correspondía al 25 de marzo y el de los santos inocentes al 1 de abril.

Es conocido como el “Poisson d’avril” y los niños acostumbran pegar peces en la espalda de las personas. Los adultos se hacen bromas entre ellos y hay que leer el periódico con cuidado, ya que algunas noticias serán engaños.

Compartir una raclette

Aunque proviene de suiza, es un plato que se ha popularizado en Francia, particularmente en la región de Saboya. Está basado en un queso especial, que lleva el nombre del plato, proveniente de Valois (Suiza), el cual es semi-curado.

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Para disfrutar del mismo, los amigos se reúnen alrededor de la mesa y van derritiendo el queso directamente en el fuego o con una máquina especial para raclette. Se sirve sobre patatas, embutidos o vegetales y es frecuente acompañarlo con vino.

Los lirios del 1 de mayo

Aunque este día se conmemora la lucha de los trabajadores en todo el mundo, en Francia se solapa con otra celebración. Es costumbre regalar a tus más allegados un ramillete de lirio de los valles (Convallaria majalis), como símbolo de buena suerte.

Se dice que esta costumbre se remonta a la Edad Media y durante la Belle Epoqué, los grandes modistos acostumbraban regalar estas flores a sus clientes. Los lirios del valle son el icono de la gran casa de modas de Christian Dior y se dice, que si tu ramillete tiene 13 flores, el destino te traerá cosas buenas.

Hacer brindis

Una costumbre que se remonta a la antigua Grecia y Roma, brindar es parte de la cultura de muchos pueblos. En Francia se ha convertido en todo un arte y para llegar al conocido “Santé”, se hace toda una exposición de las bondades del anfitrión.

Cuando brindan, los franceses te ven a los ojos y suelen hacerlo al final de una buena comida. Por lo general, la copa de vino se llena a la mitad y luego de chocarla con la de los amigos, se degusta sorbo a sorbo.

Jugar a la petanca

Este es un juego que tiene su origen en épocas antiguas, pero que en su versión actual se inició en la región de Provenza. Se cree que fue en 1905 cuando surgió esta modalidad, donde la bola se lanza desde una línea, sin que haya movimiento de las piernas del jugador.

Hoy en día, es común ver en las tardes grupos de personas jugando a la petanca en plazas y parques de Francia. Un deporte practicado principalmente por adultos mayores y que forma parte de las tradiciones del pueblo francés.

El día de los crepes (La Chandeleur)

Una celebración que mezcla lo cristiano con lo pagano, se lleva a cabo el 2 de febrero que corresponde al día de la Candelaria. Se acostumbra a encender velas y reunirse con los familiares y amigos para preparar y comer crepes.

La tradición manda que cada miembro del grupo haga su propio crepe y la voltee desde la sartén por el aire, sosteniendo una moneda de oro. En caso de que el crepe llegue a la sartén entera y sin doblarse, la persona tendrá suerte todo el año.

La sopa de cebolla en las bodas

Si tienes la suerte de asistir a una boda en Francia, no te debe extrañar que te ofrezcan una sopa de cebolla al avanzar la celebración. Se considera que esta es una excelente forma de que los invitados recuperen fuerzas y sigan disfrutando de la fiesta.

Un plato que tiene su origen en los mercados parisinos y se consideraba el alimento de los más pobres. La sopa de cebolla francesa, destaca por la cubierta de queso gratinado que la da un sabor inconfundible.

Visitar los mercados navideños

En Navidad es costumbre que se coloquen mercados callejeros, donde la gente va a comprar muchos de sus obsequios. Los mismos eran tradicionales en el nordeste de Francia y poco a poco se fueron instaurando por todo el país.

Uno de los más grandes y famosos es el del barrio de la Defense en París, donde podrás vivir un poco de las costumbres de este país. Si visitas Francia en diciembre, no dejes de buscar el mercado navideño más cercano y dar un recorrido.